Sábados, domingos y feriados, se despliega la feria de artesanos con más antigüedad en la ciudad de Rosario. Con alrededor de 60 puestos fijos, ésta se convierte en un “paso obligado” a la hora de buscar originalidad y variedad.
Es en la década del 80 que comienza la historia del Mercado de pulgas del Bajo, cuando un conjunto de artesanos locales se reúnen con un fin común: Buscar un espacio donde exponer sus creaciones y vivir de aquello que realizan con sus propias manos.
La “Asociación de Feriantes” se formó en el año 1995 y hasta la actualidad sigue siendo la única con dicho carácter, pese a que actualmente existan alrededor de 12 espacios feriales en territorio rosarino.
A metros del Monumento Nacional a la Bandera y del Río Paraná, se ubica desde hace 7 años este mercado que reúne artesanías de distintos rubros, entre ellos: Cerámica, cuero, madera, metal, textil y vidrio.
Los artesanos, tanto locales como visitantes, no sólo exhiben y comercializan sus productos, sino que además intercambian conocimientos sobre técnicas y realización, tanto entre ellos como con el público.
Los fines de semana y días festivos el predio del Parque a la Bandera reúne artesanos, público local y un buen número de turistas, quienes visitan la feria en busca de productos que se representen la cultura de la ciudad. De esta forma, la feria reúne todas las cualidades que se necesitan para ser un lugar de esparcimiento, entretenimiento e intercambio de valores y productos típicos.
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En los últimos años los espacios de difusión artesanal han crecido en cantidad y desde la ciudad se han organizado variados eventos, logrando así un aumento en la demanda de productos elaborados a mano. Pero la oferta también creció significativamente, ya que muchas personas que perdieron sus trabajos y que atravesaron crisis económicas fuertes decidieron dedicarse a la labor artesanal.
El Mercado de Pulgas del Bajo alberga, de esta manera, tanto a artesanos que aprendieron el oficio desde hace tiempo (con cierta tradición familiar) como a otros que vieron en la artesanía una salida a problemas financieros. La historia de esta feria se sigue construyendo junto a todos ellos y también gracias a quienes la visitan y la siguen eligiendo año tras año.
Por: Jesica Muñoz
