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Mitología, cine y medicina en el colegio de médicos

1 de noviembre de 2009




En el siglo XXI, dónde la ciencia y, en particular, la medicina, se consolidaron como saberes fundamentalmente racionales, producto de investigación, acumulación y superación de saberes: ¿Qué relación se podría establecer entre la mitología, el cine y la medicina?

Pensando al médico, y a los profesionales del arte de curar en general, como profesionales cuya formación debe superar ampliamente lo meramente técnico, incorporando amplios conocimientos que incluyen lo cultural y artístico; la Casa de la Educación Médica (dependencia creada desde la Comisión de Comunicación y Cultura del Colegio de Médicos de Rosario) realiza desde el segundo semestre de 2008 los "Viernes Culturales en la Casa de la Educación Médica" , una serie de jornadas destinadas a tratar la relación entre medicina y diferentes artes.

Cerrando un ciclo de tres charlas llamado “Cine y medicina”, el pasado viernes 30 de octubre, el Dr. Carlos Soto Payva ofreció una amena exposición referida a cómo el cine se ocupó de la mitología y de la medicina. A través de un recorrido histórico, desde las representaciones cinematográficas de LA ILÍADA Y LA ODISEA , hasta el tratamiento de la medicina desde sus aspectos más negativos, Soto Payva apoyado en un interactivo POWER POINT, logró trazar una dinámica narración sobre la relación del Arte de curar y el cine.

El profesional, quien mostró un alto grado de experticia en la temática que lo convocaba, abordó diferentes tópicos entre los que incluyó el tratamiento de temas médicos en el cine. Iniciando su recorrido por películas como “FAUSTO” o “SINUHÉ EL EGIPCIO”, pasando por historias basadas en casos reales como la que narra “ELEPHANT MAN”.

También incluyó en su disertación, aquellos médicos destacados como dramaturgos y novelistas. En este grupo incluyó a: Anton Chejov, W. Somerset Maugham, A. J. Cronin, Arthur Conan Doyle. A este último dedicó algunos minutos más donde, no sólo rompió algunos mitos, sino que profundizó en su historia revelando que el personaje de Watson (compañero de aventuras de Sherlock Holmes) representaba el ALTER EGO de Doyle (un misógino, adicto a la morfina y amante de la música clásica).

Hacia el final de su exposición, El Dr. Soto Payva, haciendo referencia a la ética en la medicina y a sus posibles usos, dio un espacio a “la medicina para el mal”. Así como en un primer momento, el médico siempre se representaba como comprometido con la humanidad, investigando y haciendo el bien, hubo en la cinematografía un lugar para aquellos que no tenían este propósito. “La isla del Doctor Moreau” de H. G. Wells, “Fu manchu” de Sax Rohmer , “Dr. Jekyll y Mr. Hide” de Robert L. Stevenson y “Dr. Frankenstein” de Mary Shelley, son muestras de esto.

Con referencia a la última escritora y el surgimiento de su personaje más conocido, Soto Payva contó que: una noche de verano, en una fogata rodeada de amigos y familia, se realizó un concurso para escribir el relato más terrorífico. Al día siguiente, entre las narraciones leídas, la ganadora fue la de Shelley. La historia en que un médico creaba una criatura a partir de “partes” de muertos le había aparecido en un sueño aquella noche.

La jornada que duró aproximadamente una hora y media, fue tristemente concurrida por escasas 5 personas. Hacia el final, ante el pedido de los asistentes de nuevas charlas, el médico respondió que había que incrementar la concurrencia. Una de las maneras era, según el, que la institución encargada de la organización difundiera masivamente el evento.

Desde mi experiencia, no sólo valió la pena formar parte de esta charla por los contenidos tratados sino, y sobre todo, por los interrogantes que hizo surgir en mí. Pensar hoy en medicina, en primera instancia, remitiría, al menos para mí, a cuestiones relativas a los últimos avances médicos en investigaciones y tecnología de punta.

Sin embrago,
es interesante plantearse más posturas que conviven en nuestra esfera social, siendo una tan válida y respetable como las otras.Hay personas que hoy piden cura a sus problemas desde la religión. Otras, por el contrario, endiosan a los médicos.
Más allá de esto, la ciencia ha comprobado que no es infalible: los médicos son humanos y no todo está descubierto.

Por: María Andrea Bugnone

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