Vuelve caras y caretas después de cinco años de cierre "Con dinero en mano todo es posible, pero esto nos costó muchísimo esfuerzo", afirmó Vicky Fernández, una de las impulsoras de la reapertura, quien también adjudicó el logro al trabajo voluntario de amigos y alumnos de la Escuela de Arte Jocoso, aportes oficiales y hasta la solidaridad de empresas.
El clásico teatro Caras y Caretas de la ciudad de Rosario ubicado en calle corrientes al 1500, es una asociación sin fines de lucro que está pasando por el momento más importante de su historia ya que volvió a abrir sus puertas después de cinco años sucesivos.
Lo que caracteriza la esencia de este teatro es que su vida fue enmarcada en la historia de nuestro país. Las crisis sociales, políticas y económicas pusieron en riesgo la persistencia del mismo, hasta que finalmente en el año 2004, por las consecuencias de Cromañon en cuanto a la rigidez de las normas, el lugar se vio envuelto obligadamente a cerrar sus puertas.
El clásico teatro Caras y Caretas de la ciudad de Rosario ubicado en calle corrientes al 1500, es una asociación sin fines de lucro que está pasando por el momento más importante de su historia ya que volvió a abrir sus puertas después de cinco años sucesivos.
Lo que caracteriza la esencia de este teatro es que su vida fue enmarcada en la historia de nuestro país. Las crisis sociales, políticas y económicas pusieron en riesgo la persistencia del mismo, hasta que finalmente en el año 2004, por las consecuencias de Cromañon en cuanto a la rigidez de las normas, el lugar se vio envuelto obligadamente a cerrar sus puertas.
Caras y Caretas se inició en el año 1973 con la obra dirigida por Mirko Buchin, quien fue el gran mentor de la puesta en escena en un lugar no tradicional (para aquella época) que era una casona antigua en representación de un conventillo.
Este lugar retorna de recuerdos a la comunidad rosarina con el personaje de Piripincho recreado por Hector Ansaldi que es reconocido como un “clásico rosarino” con más de 20 propuestas teatrales como también televisivas. Además de obras importantes, directores con actores de nuestro medio tales como Carlos Serrano, Miguel Bebán, Mirko Buchin, Liliana Gioia, entre otros, produjeron espectáculos que hasta hoy en día se recuerdan: “Varieteblue”, “los cuentos e Chejov”, “El Sr Vodka – Cola”, “El abanico”, “Mirandolina”, “La porota y su varieté” y “Melenita de oro”.
El espacio físico del teatro plasma el alma del propietario quien expresó con su arte, dibujos en las paredes tales como personajes antiguos actuando, trapecios en movimiento con tules colgando sobre ellos y la cara de la comedia y la tragedia.
Actualmente, existe en el teatro una escuela de arte jocoso donde se enseñan técnicas de clown, acrobacias, telas, tai-chi e incluso quieren sumar un espacio para la danza, el tango y una escuela de teatro en la que “todos sepan todo”.Es decir que en este lugar los alumnos pueden aprender no sólo a actuar, sino también técnicas de iluminación, y cómo armar un escenario, cómo llegar a la gente, entre otras cosas.La idea es lograr una formación completa donde no se dejaría afuera a las comedias musicales.
Este lugar retorna de recuerdos a la comunidad rosarina con el personaje de Piripincho recreado por Hector Ansaldi que es reconocido como un “clásico rosarino” con más de 20 propuestas teatrales como también televisivas. Además de obras importantes, directores con actores de nuestro medio tales como Carlos Serrano, Miguel Bebán, Mirko Buchin, Liliana Gioia, entre otros, produjeron espectáculos que hasta hoy en día se recuerdan: “Varieteblue”, “los cuentos e Chejov”, “El Sr Vodka – Cola”, “El abanico”, “Mirandolina”, “La porota y su varieté” y “Melenita de oro”.
El espacio físico del teatro plasma el alma del propietario quien expresó con su arte, dibujos en las paredes tales como personajes antiguos actuando, trapecios en movimiento con tules colgando sobre ellos y la cara de la comedia y la tragedia.
Actualmente, existe en el teatro una escuela de arte jocoso donde se enseñan técnicas de clown, acrobacias, telas, tai-chi e incluso quieren sumar un espacio para la danza, el tango y una escuela de teatro en la que “todos sepan todo”.Es decir que en este lugar los alumnos pueden aprender no sólo a actuar, sino también técnicas de iluminación, y cómo armar un escenario, cómo llegar a la gente, entre otras cosas.La idea es lograr una formación completa donde no se dejaría afuera a las comedias musicales.
Por Laura Aguirre
